· CURIOSIDADES ·
¿Qué es jurídicamente
El Fogón de los Arrieros?
Por decisión de su fundador Aldo Boglietti, el 20 de febrero se constituyó la Fundación El Fogón de los Arrieros. De esta manera se cumplía el deseo de dar forma jurídica a esta institución destinada a promover y facilitar el desarrollo de la cultura y el arte, dentro del culto de la amistad. La fundación está dirigida, representada y administrada por un Consejo Directivo.
Horario
Desde su nacimiento y hasta 1955 El Fogón permaneció sin llave y abierto día y noche. Después de aquel año, y a pesar de que en la entrada hay un cartel que dice: “…abre la puerta sin llamar y pasa”, la invitación solo es válida después de las 21hs. Salvo que el visitante consiga la buena voluntad de algún “Llave” que lo acompañe en la visita fuera de ese horario.

Los motivos del cambio de horario se debieron a que con el cambio de horario y a medida que El Fogón ganaba fama, los grupos de visitantes aumentaron y con ellos creció el ruido e inconvenientes de vivir en algo así como una ruta obligada y de propiedad universal.
Acceso
Las visitas quedan reservadas a mayores y está prohibida la entrada a menores de 15 años. ¿El motivo? Está explicado en un cartel que dice:

NIÑOS. (Sus y los otros). Ponen dedito lleno de pizza sobre los cuadros. Son perfecto,s excepcionales. Practican vueltas carneros en las alfombras arrastrando todo en la caída. Incapaces de tocar ni con la mirada ninguno de los objetos expuestos. Sacan los objetos para mirarlos de cerca.

“Prohibido entrar con ruleros”, indica otro cartel. Y aclara: “cuando su esposa, novia, hija, amiga, maestra o secretaria salga con ruleros, llévela a algún lugar donde usted pueda entrar en camiseta, tiradores y pantalón de pijama, pero no venga a El Fogón. ¿Se imagina a una irresistible Sofía Loren con ruleros y llena de crema?”
Visitas
El Fogón se puede visitar en el orden que el invitado desee. El concepto del lugar se basa en que es una desorganización organizada.
Bar
Si decide visitar primero el Bar y pasearse copa en mano, es importante saber que el amor del Consejo Directivo aumenta ó disminuye hacia el visitante dependiendo de que éste devuelva el vaso al Bar o lo deje olvidado en un cantero, bajo los sillones o en los estantes de la Biblioteca. No olvide que quienes atienden el bar son amigos, con toneladas de buena voluntad, quienes luego de trabajar todo el día como casi todos, se prestan para colaborar noche a noche en la atención a los visitantes. Cuando el último de estos amigos resuelve por fin retirarse, apaga las luces, echa a todo el mundo y la visita ha terminado.
Arquitectura
La sensibilidad e inteligencia del arquitecto Humberto Mascheroni fueron capaces de dar forma a la idea de que se tenía para El Fogón: una casa que fuese inusual y de su tiempo. La idea generadora que motivó a Mascheroni fue la de un plato volador aterrizando en un terreno, y planteó el volumen cilíndrico como la nave espacial. Sus espacios se suceden unos a otros, hacen vivir el afuera y el adentro, el movimiento y la estaticidad, la sorpresa y la admiración.

La plasticidad formal del entrepiso no deja de lado la idea de movimiento y recorrido. La utilización de barandas metálicas tubulares no sólo es usadas en forma estética y de barreras, sino que cumplen funciones estructurales. Acompañan a los tensores a sostener la escalera y el entrepiso que están colgados.
Reconocimiento
En los años 2004 y 2007 El Fogón de los Arrieros fue declarado Patrimonio Cultural de la Provincia del Chaco y de Interés Público Municipal respectivamente.
El Perro Fernando
Fernando fue un conocido perro vagabundo que vivió en la ciudad de Resistencia, provincia del Chaco, Argentina, en la década de 1950 y principios de 1960. Se hizo conocido entre los habitantes de la ciudad por frecuentar bares y conciertos a los que concurrían músicos, artistas y políticos de la capital.

Murió el 28 de mayo de 1963, y sus restos fueron enterrados en la vereda de El fogón de los arrieros, un museo de la ciudad.2 Allí puede leerse un epitafio que dice «A Fernando, un perrito blanco que, errando por las calles de la ciudad, despertó en infinidad de corazones un hermoso sentimiento»